lunes, 3 de enero de 2011

Rousseff asume el compromiso de eliminar la miseria en Brasil

hace 7 horas 5 mins
La presidenta Dilma Rousseff asumió el sábado el mando de Brasil con un legado dorado de expansión económica que le deja su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva y con el compromiso de erradicar la miseria de uno de los países más desiguales del planeta.


"Una importante movilidad social ocurrió en los años de gobierno de (Luiz Inacio) Lula (da Silva, su predecesor). Pero aún existe una pobreza que avergüenza a nuestro país", lanzó Rousseff durante su primer discurso tras asumir el cargo ante el Congreso.
"No voy a descansar mientras haya en Brasil brasileños sin alimentos en su mesa y niños pobres abandonados a su propia suerte", señaló, reiterando la que fuera su primera promesa al confirmarse su victoria en las elecciones del 31 de octubre pasado.
Rousseff hereda de Lula un país en expansión económica, prevista para el 7,6% este año, con 29 millones menos de pobres que en 2003, según cifras oficiales. Pero en esta nación de poco más de 190 millones de habitantes y recursos naturales riquísimos, habitan 20 millones de personas sumidas en la extrema miseria conviviendo con algunas de las mayores fortunas del planeta. La tasa de analfabetismo ronda el 10% y casi la mitad de la población no tiene saneamiento. La infraestructura sanitaria pública es insuficiente, cuando no inexistente para muchas poblaciones del inmenso territorio de un país de tamaño continental.
"Vivimos uno de los mejores momentos de la vida nacional, millones de empleos están siendo creados. (...) Reducimos nuestra histórica deuda social, rescatamos a millones de brasileños de la tragedia de la miseria y ayudamos a otros millones a alcanzar la clase media", sostuvo Rousseff en su primer discurso como presidenta. Pero "en un país con la complejidad del nuestro siempre es preciso querer más", dijo Rousseff, quien pidió ayuda al Congreso y a todas las instituciones públicas para "ayudar a los que todavía luchan para salir de la miseria"
"Podemos ser un país de clase media, sólida y emprendedora", concluyó la flamante presidenta brasileña, primera mujer en acceder a ese cargo.
Ya durante su campaña, Rousseff se comprometió a profundizar algunos de los programas sociales impulsados durante el gobierno del presidente Lula.
Entre ellos sobresalen uno de vivienda y otro de ayuda económica a las personas más desfavorecidas con hijos, a cambio del compromiso de enviar a sus niños a la escuela. El programa, conocido como 'Minha casa, Minha vida' ('Mi casa, mi vida'), financia la construcción de viviendas a través de asociaciones de futuros propietarios, con aportaciones del Estado federal, gobiernos estatales y municipios. Según las cifras oficiales, más de un millón de proyectos de construcción ya tienen contrato, aunque el número de viviendas construidas es mucho menor todavía.
La iniciativa llamada 'Bolsa familia' ('Beca familia'), entrega una ayuda financiera a las familias de bajos recursos con hijos a cambio de que envíen a los pequeños a la escuela.
Al menos 12 millones de familias se benefician del plan que forma parte del programa 'Hambre cero', lanzado por el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, según datos oficiales.
Brasil logró reducir la desnutrición en niños menores de cinco años al 1,8%, cumpliendo con uno de los Objetivos del Milenio de la ONU. La tasa de mortalidad infantil disminuyó un 58% entre 1990 y 2008, pasando de un índice de 53,7 fallecidos por cada mil nacidos vivos a 22,8, según datos del Ministerio de Salud.

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